Diego y Daniela van con la abuela a visitar a la tía Margot, que vive en una casita junto a la playa, llena de tesoros traídos por el mar. Esa noche, los niños se despiertan con el rumor de risas y cantos. Y cuando se acercan para ver qué sucede, descubren que en noches de luna llena todo es posible.