Deja de hacer esooo!!! Eres un niño terrible!!- le decía su madre. Y se lo decía tantas veces que al final terminó creyéndoselo. Y hacía cosas que hacen los niños terribles, no hacía deberes, no iba al colegio, no hacía caso, no daba besos… y terminó pasandos sus días subido a un árbol que se encontraba en el jardín de su casa… hasta que un día, apareció, como caído del cielo, un huevo, un poco más grande de lo normal.