El ciclo que presentamos, es un intento de reparación de las injusticias que muchas científicas han sufrido a lo largo de la Historia. El caso de Lise Meitner es especialmente sangrante pues, durante la mayor parte de su vida, vio como fue silenciada y arrinconada, atribuyéndose muchos de sus éxitos a otros investigadores menos brillantes que ella. De la mano de la divulgadora científica Melli Toral, los niños y niñas irán conociendo a estas increíbles mujeres que podrán emular cuando sean hombres y mujeres adultos. Y es que la Ciencia…, no tiene género.
LISE MEITNER
Lise Meitner descubrió la fisión nuclear. Fue la gestora de la bomba atómica y la única persona que no quiso colaborar con el proyecto Manhattan. A pesar de ello, su trabajo apenas es referenciado y cuando se hace, es de soslayo, al hablar de física nuclear y no de fisión.
En 1906, se doctoró en la Universidad de Viena, trasladándose más tarde a Berlín para empezar sus estudios en radioactividad. Allí, trabajó con el químico Otto Hahn y los físicos Ludwing Boltzmann y Max Planck, a cuyas clases asistió a pesar de que no le estaba vedada a las mujeres su asistencia. Sin embargo, sus prácticas de laboratorio, hubo de hacerlas fuera de sus instalaciones. La colaboración de Hahn y Meitner fue muy importante porque supieron aunar los conocimientos sobre Química de uno con los de Física de la otra. Los trabajos se centraron en el actinio, un material radiactivo; pero, mientras Lise trabajaba en la clandestinidad, Hahn, llegó a ser un reputado investigador.
Posteriormente Lise, trabajó como técnico de rayos X en un hospital, lo que le permitió investigar con el uranio y el proactinio. El uranio fisible que ella investigó, se convertiría en un componente esencial de la bomba atómica
En 1919, consiguió una plaza como profesora en la Universidad de Berlín. Con la llegada al poder de partido nacional socialista, perdió su plaza en la universidad. Se sumó a su condición de género, su condición de mujer judía. A pesar de ello, Lise decidió permanecer en Alemania, colaborando con Planck hasta que hubo de escapar a Suecia, tras pasar por Holanda. En Suecia, trabajó en el Instituto Manna Seigbahn, con el sueldo más bajo del instituto sólo por ser mujer. Además, contó con recursos muy escasos para sus investigaciones.
Muchos de los artículos que escribió junto a otros investigadores aparecieron publicados sin su nombre por lo que decidió trabajar únicamente con su sobrino Otto Robert Frisch. El trabajo explicando la fisión nuclear a partir de la Ley del incremento de la masa de Einstein, fue publicado en la revista Nature. Sus grandes conocimientos en fisión nuclear llamaron la atención de científicos estadounidenses que solicitaron su ayuda para fabricar una bomba atómica que acabase con los nazis. Sin embargo, Lise rechazó la oferta, algo que no hizo el resto de científicos a los que se le ofreció. La importancia de estas investigaciones la hicieron merecedora del Premio Nobel de Física, al que fue nominada en 1939 junto a Hahn. Sin embargo, nunca recibió tal galardón, debido a la discriminación y a los estereotipos de género que sufrió. Afortunadamente, después de la guerra se le reconocieron sus logros, recibiendo numerosos premios y homenajes.
MELLl TORAL.
Es Licenciada en Ciencias Químicas y docente durante más de cuarenta años en el colegio Salzillo de Molina de Segura donde impartió clases a alumnos de Primaria y Secundaria. Asimismo, forma parte de la Asociación de Divulgación Científica de la Región de Murcia y trabaja como voluntaria en las aulas hospitalarias, dependientes del equipo de Atención Educativa, Hospitalaria y Domiciliaria de la Consejería de Educación y Cultura. Esta asociación la galardonó en 2019 con el Premio de Divulgación Científica, por ser un referente en el mundo de la enseñanza tanto en su colegio, como en las aulas hospitalarias del Hospital Virgen de la Arrixaca. Aquí, junto a un magnífico equipo de profesionales, ayuda a los niños y niñas enfermos no sólo a no retrasarse en sus estudios sino también a sobrellevar mejor el dolor y la enfermedad, manteniendo viva la ilusión por aprender.
Mucho antes de que la UNESCO pusiese en valor el papel de la mujer y las niñas como elementos esenciales de progreso científico, Melli ya lo hacía en las aulas. Es autora de 8 cuentos en un matraz y Un pueblecito muy periódico, fruto de su experiencia como docente. En ellos utiliza los cuentos no sólo para fomentar la lectura entre los más pequeños sino también para adquirir nuevos conocimientos y aprender valores, todo ello, jugando y experimentado con la ciencia. Con los beneficios de la venta de estos libros, se pudo adquirir un ordenador portátil y dotar al Aula Hospitalaria de la Arrixaca de un completo laboratorio en el que los niñas y niñas ingresados han podido disfrutar de la Ciencia.
